• Y en la calle resulta un héroe un costarricense que honraba a sus dos hijos
MIAMI 17, DE ABRIL DE 2013, NHR.com—Mientras agentes del Buro Federal de Investigaciones (FBI) continúan investigando el atentado terrorista en Boston durante el popular maratón del pasado lunes, continúan llegando fotos a las oficinas del FBI, una de las fotos en particular está siendo analizada dentro de todas las impactantes y terribles imágenes, es la de un hombre solitario y misterioso caminando por un tejado captado por una cámara después de la segunda explosión.
La foto fue tomada por uno de los espectadores identificado como Dan Lampariello y muestra a un hombre caminando en la azotea de un edificio cerca del sitio donde estallo la segunda bomba. Los dos artefactos fueron detonados con unos 12 segundos de diferencia, cerca a la meta final de la carrera.
La foto fue enviada a través de cuentas de twitter y ha sido vista ya por millones de personas.
Hasta el momento se desconoce la identidad de la figura sombría del hombre que camina por el techo del edificio, tampoco está claro si el tenia algo que ver con el ataque terrorista. Sin embargo la imagen tiene algunas autoridades buscando a esta persona para interrogarlo.
Mientras tanto, después de la tragedia se empiezan a conocer detalles de lo que ocurrió durante los minutos siguientes y las noticias que llegan a NHR.com dan cuenta de uno de los héroes de esa jornada, se trata de un costarricense que había llegado al maratón de Boston a rendirle honor a sus hijos, uno había muerto en Irán y otro cometió suicidio. Carlos Arredondo, usando un sombrero de vaquero, llegó repartiendo banderas americanas y terminó por convertirse en uno de los héroes del maratón.
Arredondo no corrió en el maratón, solo estaba allí de espectador, y minutos después de las explosiones comenzó a sacar a las personas heridas, uno de ellos un joven que gritaba porque sus piernas habían sido cercenadas por la explosión.
“Yo le dije, mi nombre es Carlos, vas a estar bien, viene ayuda en camino”, pero el joven parecía estar en peligro de muerte; Arredondo le hizo un torniquete usando un suéter, cortando la sangre hasta que llegaron los paramédicos.
Luego apareció una silla de ruedas y montó al hombre en ella y comenzó a empujar con la ayuda de otros. “Esto fue un maratón” dijo Arredondo.
Arredondo perdió a su hijo Alexander en Irak, solo tenía 20 años cuando murió en la guerra. Su otro hijo, más joven aún, se ahorcó vencido por el dolor de haber perdido a su hermano. “Había acabado de leer una carta donde explicaba cómo había muerto su hermano” dijo Arredondo.
Arredondo no se pudo despedir de sus hijos, en esta oportunidad la vida lo colocó ante alguien a quien pudo salvar de la muerte: al hombre de la silla de ruedas, a quien al despedirse solo le dijo “vas a estar bien”, luego la ambulancia se lo llevó.