MIAMI, 28 DE ENERO DE 2011, nhr.com—Miedo, Tensión, Terror, Encubrimiento… No, no se trata del anuncio de una película de Hollywood, esa es la vida diaria de los agentes de policía de la ciudad de Miami bajo la tutela del Jefe Miguel Expósito.
El pasado 23 de enero dimos a conocer bajo el titulo de ENCUBRIMIENTO DENTRO DE LA POLICIA DE MIAMI, un artículo investigativo en el que no pudimos profundizar porque los agentes con que hablamos tenían miedo concedernos una entrevista y mucho menos decirnos que pasó el pasado mes de septiembre en la Discoteca Grand Central Express, en el downtown de Miami.
Hoy ya se puso al descubierto el ENCUBRIMIENTO que las altas esferas de la Policía de Miami en relación a la confrontación que hubo entre una asistente a esa popular discoteca y el Teniente John Buhrmaster de la policía de Miami, quien trabajaba fuera de servicio allí.
De acuerdo con detalles que hemos obtenido, la hija del Asistente Alfredo Vega, tomó unos tragos de más y sostuvo un altercado con su novio, al extremo que la obligaron a salir del centro nocturno. Una vez afuera, continuó la confrontación y tuvo que intervenir el agente Buhrmaster, quien desconocía a la joven. Cuando Buhrmaster decidió arrestar a los dos y montarlos en un carro patrullero, la joven comenzó a gritarle: “Tú no sabes quién soy, soy la hija de Vega, el asistente del jefe, y la vas a pagar”. En ese momento se le notificó el incidente al Jefe Vega, por medio de la “despachadora”, y éste ordenó que nada se escribiera sobre el caso. Pocos minutos después, el subjefe Vega se presentó en la escena y se llevó a su hija, mientras el novio se marchó en su auto. Así comenzó el ENCUBRIMIENTO.
Por su parte, el Jefe Expósito ordenó que nada se dijera del caso, y al mismo tiempo le pidió al Comandante Alfredo Álvarez, Jefe de la Unidad de Seguridad Interna, que comenzara una investigación contra todos los agentes que dieran alguna información sobre el suceso.
El pasado día 22, en nelsonhortareporta nos enteramos de lo ocurrido, pero cuando comenzamos a indagar nos encontramos con una fuerza policiaca aterrorizada. “Si hablamos sobre el caso vamos a tener problema”, nos dijo en aquel instante uno de nuestros contactos en la policía de Miami. Hablamos con muchos otros oficiales, pero se negaban a darnos su aprobación para revelar sus nombres, y antes de dar una información. Debemos, al menos, tener seguridad de que las fuentes nos van a apoyar.
Ahora sabemos que muchos de los agentes envueltos en el caso han sido enviados a otros departamentos, como el caso del teniente John Buhrmaster, que fue enviado a la Unidad de Récords.
