MIAMI 17 DE ENERO DE 2019,—Tal como lo ha pronosticado el presidente Donald Trump, la caravana que salió la noche del lunes de San Pedro Sula, Honduras, se está convirtiendo en un éxodo gigantesco que rompe cualquier muro policial que se levante en su camino.
A las 5:00 de la mañana del lunes emprendieron el viaje alrededor de 1,000 personas entre adultos y niños y ahora, cuando se encuentran en territorio guatemalteco, la caravana está compuesta por unas 2,000 personas, fraccionadas en varios grupos.
Uno de estos contingentes, conformado por 400 hondureños, pernoctó anoche en la Casa del Migrante, situada en la Zona 1 de la capital guatemalteca, y continuará este día hacia el fronterizo río Suchiate para ingresar mañana a la mexicana Ciudad Hidalgo. Como si se tratara de una avalancha humana, la caravana “ha roto”, según autoridades, retenes policiales a su paso, por ejemplo, en el punto fronterizo de Agua Caliente, para ingresar a Esquipulas, Chiquimula.
En un comunicado emitido ayer, el Instituto Guatemalteco de Migración denunció que hay grupos de hondureños y salvadoreños que hacen “uso de la fuerza” y “reprobó” la “destrucción de infraestructura y enseres”. “Reprobamos totalmente que los integrantes de estos grupos provenientes presumiblemente de Honduras y de El Salvador recurran al uso de la fuerza, destrucción de infraestructura, enseres y, especialmente, la manipulación de grupos vulnerables mujeres, ancianos y menores de edad como muros humanos, con la finalidad de garantizar su ingreso de forma irregular”, dice el comunicado.
Pese a que las autoridades hondureñas evitaron que más de 65 niños salieran en la caravana, muchos adultos cargan en brazos niños de menos de cinco años.
“Lo que era vida en Honduras, ya no es vida”, dice acongojado Franklin Aguilera, mientras descansa sentado en la acera de una gasolinera, junto a su esposa Jennifer y su hijo de dos años y seis meses.
Aunque reconoce que el viaje es peligroso y pesado, Aguilera afirma que dejó su país por el desempleo y la violencia. Considerando esa situación, el Gobierno guatemalteco decretó ayer una alerta institucional para proteger los derechos de los niños y adolescentes que viajan solitarios.
“Se instruye a todo el personal para que atienda los requerimientos necesarios para la efectiva aplicación de la ruta de derivación, principalmente al departamento de Niñez y Adolescencia Migrante no Acompañada de la Dirección de Protección Especial de Atención no Residencial y la Subsecretaría de Protección y Acogimiento a la Niñez y Adolescencia”, dice un comunicado emitido ayer por la Secretaría de Bienestar Social.
