MIAMI-DADE, 23 DE FEBRERO DE 2011, nhr.com—Lo que parecía una reunión perfectamente planificada para lanzar una rama de olivo a la comunidad afroamericana, terminó, o mejor dicho, ni empezó, ya que la primera familia de una de los jóvenes muertos por policías de la ciudad de Miami, no asistieron al encuentro con el Jefe Miguel Expósito.
La familia de DeCarlos Moore, que resultara muerto por un agente de la policía de Miami durante una parada por infracción de tránsito el pasado mes de Julio, le dijo al Jefe Expósito a escasas horas de la reunión, que no asistirían, porque según la madre de Moore, ella estaba aún sufriendo la muerte de su hijo.
De acuerdo con voceros de la policía, el gesto de Expósito es tratar de enfriar las tensiones en la comunidad afroamericana y explicarles a las familias de los jóvenes muertos todo lo relacionado con las investigaciones.
El público y en especial los familiares de las víctimas están frustrados con la poca información proporcionada por la policía en los últimos diez meses, sobre todo porque según se ha afirmado, varias de las víctimas estaban desarmadas cuando resultaron muertas por los agentes.
Hoy miércoles, la familia de Travis McNeils se supone que se reúna con Expósito, pero se cree que “le tirarán la puerta en las narices” siguiendo el patrón de la primera visita, y que así sucederá con el resto de las familias, de acuerdo con fuentes bien informadas.
Algunas de estas familias han calificado de espectáculo publicitario las llamadas de Expósito procurando las reuniones. El padre de Aaron Foster, otro de los muertos, declaró ayer que el nada tenía que hablar con el Jefe Miguel Expósito.