NERVIOSISMO EN WASHINGTON: El DEPARTAMENTO DE JUSTICIA DECIDE INVESTIGAR CRIMINALMENTE A LOS INVESTIGADORES

MIAMI 25 DE OCTUBRE DE 2019, —El Departamento de Justicia ha decidido abrir una investigación criminal sobre las propias pesquisas de la trama rusa, la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 y la posible complicidad de Donald Trump o su entorno en dicha estratagema, en esta oportunidad se trata de investigar a los que investigaron.

El pasado lunes 21 nelsonhortareporta.com se había adelantado a esta noticia con un artículo titulado: SE INTENSIFICA LA PESQUISA SOBRE EL INICIO DEL “NOVELÓN SOBRE RUSIA”, CONTRATAN MAS INVESTIGADORES, anoche los diarios The New York Times y The Wall Street Journal, lo confirmaban.

El origen investigación del llamado Russiagate, y al que el presidente Trump siempre calificó de “caza de brujas”, ya se encontraba bajo revisión administrativa, pero ahora, al entrar en terreno penal, empieza una nueva fase: el fiscal encargado podrá citar a declarar a testigos, convocar a un jurado especial y presentar cargos.

HISTORIA DE LA INVESTIGACION

El FBI comenzó la investigación de la trama rusa en 2016, poco después de que los correos electrónicos “hackiados” al Partido Demócrata se difundieran en la plataforma Wikileaks. Fuentes del Gobierno australiano informaron de que un asesor de Trump había recibido la oferta de unos correos que podían perjudicar a su rival en las elecciones, la candidata demócrata Hillary Clinton. A aquellos primeros indicios se sumaron toda una serie de contactos poco confiables entre personas cercanas al Kremlin y del círculo del magnate neoyorquino.

Después se conoció que el Partido Demócrata y la campana de Hillary Clinton pago $5 millones a la firma de Washington Fusión GPS para conseguir información contra Trump.

En mayo de 2017, cuando Trump, ya en el cargo de presidente, decidió despedir al director del FBI, James Comey, a quien criticaba por las pesquisas, alentó las sospechas de obstrucción a la justicia y el caso acabó en manos de un fiscal especial Robert S. Muller. Dos años después, este dio por probada la injerencia de Moscú en las elecciones, pero no la complicidad del mandatario o sus colaboradores y, alegando las limitaciones jurídicas de imputar a un mandatario, no concluyó si había obstrucción. Muller nunca investigo a Fusion GPS, desconociéndose porque no lo hizo.

Pero antes, durante y después del informe final de Muller, publicado en abril pasado, Trump siempre criticó la investigación, cuestionó la credibilidad de los propios servicios de inteligencia estadounidenses y calificó todo el proceso de fraude. El fiscal general, William Barr, designó entonces al fiscal federal de Connecticut John Durham para determinar si el propio Departamento de Justicia en época de Barack Obama y empleados de inteligencia vulneraron la ley al investigar en 2016 a la campaña del entonces candidato Trump y potenciales vínculos ilegales con Rusia.

Durham, un experimentado fiscal que ha llevado casos de torturas de la CIA, tendrá ahora más poderes para llevar a cabo la revisión del caso, pues ahora se ha convertido en una investigación criminal. Las fuentes anónimas citadas por ambos diarios no especifican que hallazgo ha podido motivar este cambio.

Seguramente ya hoy los demócratas socialistas de Washington y sus cómplices de la prensa liberal comenzarán a criticar esta nueva etapa de la investigación, aunque algunas fuentes dicen que existe gran nerviosismo dentro de esa misma prensa que pudiera estar involucrada en el encubrimiento de la verdad en relación a la primera etapa de la investigación.

Mientras tanto, tan pronto como hoy o a principio de la próxima semana el inspector general del Departamento de Justicia, Michael E. Horowitz, pudiera hacer público su propio informe sobre los posibles abusos cometidos en los comienzos de la investigación por parte del FBI. Barr se ha implicado personalmente en el asunto y se ha reunido directamente con líderes extranjeros para pedir colaboración en la investigación, en lugar dejarlo en los canales habituales, lo que despertó críticas en Italia, Australia y Reino Unido, según publicó a primeros días de octubre The Wall Street Journal.

El paso de esta investigación a los propios investigadores de Trump al ámbito criminal puede sacudir aún más un Washington convulso por el sospechoso proceso abierto contra el presidente Donald Trump en el Congreso por la llamada entre presidente con el de Ucrania.

La Cámara de Representantes ha comenzado una investigación clandestina sobre las maniobras del presidente donde presuntamente Trump presionó al Gobierno ucraniano para que este investigara a su rival político Joe Biden y al hijo de este, Hunter, por los negocios del último en el país mientras Biden padre era vicepresidente, el presidente de Ucrania negó que eso haya ocurrido.