HOSPITALES Y LABORATORIOS CARECEN DE SERIEDAD A LA HORA DE HACER LA PRUEBA DEL COVID-19

MIAMI 14 DE AGOSTO DE 2020,–En Cuba había un comediante argentino que adoptó nuestro país como el suyo propio, Pepe Biondi, y tenía una popular frase en sus presentaciones que decía, “donde me pongo, donde me pongo”, con ella Biondi hacía referencia a cualquier situación que no atinaba donde colocarse, ya sea personal o política.

Aquí con la pandemia por el COVID-19, tengo que confesar que me vino a la mente esa frase de Pepe Biondi, porque no se donde ponerme, si voy a comer a un restaurant tengo se sentarme debajo de una calurosa carpa, ponerme y quitarme la mascarita y frente a unos ventiladores que, en vez de aire, parece un baño de vapor.

Pero si este virus chino realmente hay que tomarlo en serio, aparentemente son los laboratorios y Hospitales los que carecen de esa seriedad.

Me cuenta un amigo que su hijo debía hacerse una operación de apendicitis en un reconocido hospital de Miami Dade, fue la pasada semana, al llegar le comunicaron que debía hacerse la prueba del COVID-19, al rato le dieron los resultados y para sorpresa del paciente y sus familiares dio positivo.

Cuenta mi amigo que su hijo no tenía ningún síntoma de los que conlleva el coronavirus y los médicos decidieron realizar la operación algo muy simple hoy en día y la que fue todo un éxito, como se dice cuando una cirugía sale bien.

Lo increíble que me cuenta mi amigo, es que una vez que su hijo dio positivo, lo llevaron a una sala donde están todos los contagiados con el maligno virus chino, pero la sorpresa vino un día después.

Por indicación de su padre el joven paciente acudió a un laboratorio privado, se hizo el test y los resultaron fueron negativos, pero más aún días después para obtener una segunda opinión que en realidad era una tercera, volvió a otro laboratorio privado también, le hicieron la prueba y resultó ser negativo.

Y después de escuchar el relato de mi amigo, y muchos otros con historias parecidas, me viene aquella frase del argentino Pepe Biondi, “Donde me pongo, donde me pongo”, a estas alturas confieso que no se donde ponerme.