MIAMI 14 DE DICIEMBRE DE 2020, — Desde la Gran Central de Autobuses de San Pedro Sula partieron en las últimas horas del miércoles pasado cerca de un centenar de migrantes a los que, el fin de semana, les siguió otro grupo en su intento por huir de las malas condiciones de vida que los aquejan en honduras y que se intensificaron a raíz del devastador paso de los huracanes Iota y Eta.
“Nos quedamos sin trabajo y en el país no hay opciones”, dijo a varios periodistas de agencias internacionales como EFE uno de los migrantes, que se identificó como Carlos González.
Se estima que en su paso por territorio hondureño Iota y Eta lograron afectar a más de 3,5 millones de personas y que cerca de 100.000 aún permanecen en albergues temporales.
Pero los daños provocados por estos fenómenos meteorológicos no son sino uno más de los flagelos que afronta dicha nación. Especialmente la violencia y la falta de empleo, agudizada también por los efectos de la pandemia. Por ello, la actual es ya la cuarta caravana migrante organizada en lo que va del año.
La ruta que estos hondureños esperan recorrer hasta Estados Unidos se sabe peligrosa, pero como indicaba González a la prensa, dicen que no tienen más alternativas que lanzarse.
De seguir aumentando el número de migrantes, esta caravana podría llegar a convertirse en la de mayor afluencia en registrarse desde que Joe Biden supuestamente robara la carrera por la Casa Blanca.