MIAMI 31 DE MARZO DE 2021, NHR.COM—Varios cientos de hondureños partieron el martes hacia la frontera con Guatemala, tratando de llegar a Estados Unidos para escapar del impacto de la pandemia del coronavirus y desastres naturales, según medios locales y un testigo de Reuters.
El grupo fue la segunda gran caravana que partió desde Honduras este año, tras las catastróficas inundaciones en noviembre por los huracanes Eta e Lota, que azotaron una economía que ya estaba seriamente en dificultades.
Los centroamericanos han logrado la mayor parte de un fuerte aumento de inmigrantes ilegales que intentan llegar a Estados Unidos a través de México en las últimas semanas, lo que ha presionado a Joe Biden. La crisis incluye la llegada de miles de niños no acompañados que han cruzado la frontera entre Estados Unidos y México.
Los inmigrantes ilegales, en su mayoría adultos jóvenes con mochilas y mujeres que llevaban niños, habían comenzado a caminar en la madrugada desde una terminal de autobuses en la ciudad norteña de San Pedro Sula hasta la ciudad de Corinto, en la frontera con Guatemala, a 114 kilómetros (71 millas) de distancia, allí se espera que las unidades uniformadas paren a los ilegales, ya que el gobierno de Guatemala y México están juntado esfuerzos para parar el desarrollo de la caravana.
Y así ocurrió una vez en Corinto las autoridades arrestaron a 4 y más de 200 miembros de la caravana fueron retornados por falta de documentos y 25 menores por ir sin sus padres, de acuerdo con lo reportado por la Policía tras finalizar el operativo de control en este punto fronterizo ayer martes cuando unos 400 compatriotas buscaron traspasar la guardarraya hacia Guatemala.
Los emigrantes que salieron el pasado lunes en la madrugada de la Gran Terminal Metropolitana, a pesar que ya habían sido advertidos que no podrían pasar al hermano país centroamericano porque se habían reforzado las restricciones migratorias y sanitarias por la emergencia de la COVID-19.
A primera hora de la tarde, parte de la caravana de inmigrantes había recorrido unos 20 kms hasta la ciudad hondureña de Choloma, donde algunos viajaban enganchados en camiones y autobuses y se amontonaban en la parte trasera de las camionetas, según imágenes de periódicos de la zona, otros continuaron a pie.
“Tienes que correr riesgos para tener una vida mejor en los Estados Unidos. En Honduras nunca vamos a hacer nada”, dijo el inmigrante Carlos Flores a una televisora local. “Aquí apenas puedes comer con lo que ganas, si puedes encontrar trabajo”.