• En carteles alegóricos se pedía la salida del Jefe Expósito
MIAMI, 25 DE MARZO DE 2011, nhr.com—Ante la vista de decenas de personas que ocupaban todos los asientos de la cámara de la Comisión de Miami, familiares de los jóvenes negros muertos por agentes de la policía de Miami en los últimos meses, se dirigieron a los comisionados y al alcalde en una rara visita sin precedente. En su exposición, los manifestantes señalaron la desconfianza que los jóvenes de esa área sentían ante los agentes de la policía.
Una de las más elocuentes fue Sheila McNeil, madre de Travis McNail, 
muerto el pasado mes de febrero, después de haber salido con su primo de un club nocturno en la zona del Pequeño Haití y haber recibido la orden de detener su auto a corta distancia de ese lugar,
“Hoy yo sé de la muerte de mi hijo lo mismo que la noche de su muerte”, gritó la mujer ante las miradas de tristezas de los presentes en el salón, queriendo decir que ninguna explicación se le ha brindado sobre los motivos del ataque que el hijo sufrió por parte de los agentes del orden.
Travis resultó muerto por el oficial Reinaldo Goyo, quien estaba esa noche trabajando una investigación con la unidad de pandillas juveniles. McNail apenas había salido del auto, cuando Goyo le disparo dejándolo críticamente herido. Su primo, Kareen Williams, sentado al lado de Travis, recibió disparos también. Travis murió luego en el hospital Jackson, ninguno de los dos estaban armados.
“Yo me siento maltratada por muchos de los que se suponen estén para protegernos,” dijo Sheila McNail mientras pedía respuestas a sus preguntas sobre la muerte de su hijo, y mientras miraba fijamente al Jefe de la Policía Miguel Expósito, que permaneció parado, pegado a una de las paredes de la amplia cámara de la Comisión de Miami.
