MIAMI 15 DE JUNIO DE 2021, NHR.COM—Autoridades militares y fiscalías de todo el país, están preocupadas por la cantidad de armas que hay en las calles en manos de los más peligrosos delincuentes, así como la procedencia de esas armas.
El mes pasado el nuevo jefe de Policías de Miami Art Acevedo por medio del Departamento de Policía de Miami reportó la desaparición de 25 rifles semiautomáticos AR-15 y advirtió a los agentes, principales sospechosos, que, de no devolver las armas, podrían afrontar cargos criminales.
En un memorando interno dirigido a 1,400 policías que prestan servicio, la auditoría del Departamento de Policía comunicó los números de serie de los 25 rifles AR-15 faltantes y advirtió a los agentes del orden que tienen un corto plazo para devolver las armas.
En la ciudad de Nueva York convertida en un campo de batalla, y donde cada día aumentan los asesinatos un joven saco una pistola de su cintura, el joven salió del automóvil que había robado y había sido perseguido por varios patrulleros de policía de la Babel de la policía y amenazaba con darle muerte a su rehén.
“¡No lo hagas!”, le suplicó uno de los oficiales que le persiguen. El joven cumplió con la orden, soltando al rehén y lanzando el arma al suelo, segundos después cayó en manos de la policía.
De acuerdo con las autoridades, “pronto nos enteramos de que el Beretta de 9 mm había sido usada en varios actos delictivos, los casquillos de bala lo vincularon a cuatro tiroteos, todos ellos en Albany, Nueva York.
Pero lo más alarmante, había algo más, la pistola era propiedad del Ejército de los Estados Unidos, un arma destinada a ser utilizado contra los enemigos de Estados Unidos, pero no en sus calles.
El Ejército no podía decir cómo su Beretta M9 llegó a la ciudad de Nueva York, y fue esa persecución de la policía, que el Ejército se dio cuenta de que alguien había robado el arma.
Los registros de inventario revisados por los investigadores mostraron que el M9 había sido robada a 600 millas de distancia, en Fort Bragg, Carolina del Norte.
“Es increíblemente alarmante”, dijo el fiscal de distrito del condado de Albany, David Soares. “Plantea la otra pregunta en cuanto a qué más se está filtrando en una comunidad que podría representar un peligro claro y presente”.
Sin embargo, lo más increíble es que las fuerzas armadas y el Pentágono no están deseosos de que el público sepa la respuesta a esa pregunta.
En la primera contabilidad pública de su tipo en décadas, una investigación de Prensa Asociada AP, ha encontrado que al menos 1,900 armas de fuego militares estadounidenses se han perdido o fueron robadas durante la década de 2010 a la fecha, con algunos resurgiendo en crímenes violentos. Debido a que algunas fuerzas armadas han suprimido la divulgación de información básica, el total de AP es un cierto recuento insuficiente.
Los registros gubernamentales que abarcan el Ejército, el Cuerpo de Marines, la Armada y la Fuerza Aérea muestran que pistolas, ametralladoras, escopetas y rifles de asalto automáticos han desaparecido de armerías, almacenes de suministros, buques de guerra de la Armada, polígonos de tiro y otros lugares donde se utilizaron, almacenaron o transportaron.
Estas armas de guerra desaparecieron debido a puertas abiertas, tropas durmientes, un sistema de vigilancia que no registró, robos y otros fallos de seguridad que, hasta ahora, no se han reportado públicamente.
Si bien el enfoque de la Prensa Asociada fueron las armas de fuego, también hay explosivos militares perdidos o fueron robados, incluidas granadas perforantes de blindaje que terminaron en un patio de Atlanta.
El robo o la pérdida de armas abarcó la huella global del ejército, tocando instalaciones de costa a costa, así como en el extranjero.
En Afganistán, alguien cortó el candado de un contenedor del Ejército y robó 65 Beretta M9, el mismo tipo de arma recuperada en Albany. El robo pasó desapercibido durante al menos dos semanas, cuando se descubrieron cajas de pistolas vacías en el complejo. Las armas no fueron recuperadas.
Es por esto que cuando la prensa liberal y los miembros izquierdistas del Congreso hablan del Control de Armas, están equivocados, el problema no son las armas, es de quien apriete el gatillo, a esos animales son los que hay que controlar.