PRESTIGIOSO PERIÓDICO DE RD, LISTÍN DIARIO dice hoy que, en Haití, la historia de los magnicidios es más antigua que la República

MIAMI 8 DE JULIO DE 2021, nhr.com—Un articulo que aparece en el principal periódico, de la Republica Dominicana, Listín Diario, da cuenta de los graves problemas que siempre han aquejado al hermano país de Haití.

Escrito por Rafael Núñez especial para LD, refleja un interesante enfoque de la realidad haitiana, por su interés para la población de ese país que reside aquí en Miami, hoy publicamos parte de este magnifico articulo de Rafael Núñez en Listín Diario.

Mientras el mundo lucha por salir de la encerrona económica derivada de una crisis pandémica por Covid-19, Haití se desgarra en una orgía de sangre como consecuencia de su ancestral violencia, de la que no escapan mandatarios como ocurrió la madrugada de este miércoles cuando una banda de sicarios asesinó en su residencia en Puerto Príncipe al presidente Jovenal Moise, de 53 años, e hirió de gravedad a la primera dama Martine Moise.

Los magnicidios y los golpes de Estado forman parte del folclor político en Haití, que se han profundizado desde mediados de los siglos XX y todo el XXl, luego que la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH) recogió a sus 14 mil efectivos de esa nación sin ver cumplido su principal objetivo: estabilizar esa sociedad para que pudiese pasar a otro estadio de democratización.

El magnicidio contra el presidente Jovenal Moise este miércoles fue el último de varios intentos por derrocarlo violentamente.

Con la consumación del plan de asesinato contra el jefe de Estado, las bandas armadas que gobiernan a ese país imponen su ley y suman el hecho a una retahíla de presidentes que han sido asesinados en ejercicio de sus funciones en la historia de violencia en esa República.

Las convulsiones políticas haitianas no se iniciaron ayer. Llegaron al Caribe en los denominados barcos negreros procedentes de África, cuya única misión fue traer esclavos del viejo continente para sustituir a la diezmada mano de obra vernácula, que había dejado el pellejo en los trapiches e ingenios de la entonces “Perla del Caribe”. Esa fue una decisión que las coronas impusieron a sangre y fuego para explotar la riqueza de la isla.

Desde entonces, Haití no ha podido levantar cabeza para acariciar el sueño de muchos de sus ciudadanos de transitar el camino de la estabilización, la democracia y el progreso, pues la violencia ha sido el común denominador en todo este trayecto histórico desde la colonia hasta nuestros tiempos.

A pesar de ser el primer Estado de población negra independiente del mundo, los elementos estructurales y funcionales haitianos en sus primeros años de formación -muchos de ellos copiados de los modelos franceses- son incongruentes con una realidad caribeña distinta y una idiosincrasia propia de su origen africano.

No fue fácil para los primeros líderes, desde Toussaint Louverture, Jean-Jacques Dessalines, Henry Cristopher, Alexander Petión y Jean Pierre Boyer subirse en el lomo de aquel ejemplar sin domar, mantenerse a salvo y poder bajar ileso para hallar las bridas de ese potro indomable.

Desde entonces, no todos pudieron hacerlo, pues aquellos inspirados líderes tenían que lidiar con la rebeldía de una nación negra que, en sucesivas batallas, había herido el orgullo a los imperios blancos: Francia, Inglaterra y Estados Unidos.

El Estado nació de una revolución y por consecuencia el 12 de octubre de 1800 devino en un retorno forzoso a las plantaciones, pues no tenía Haití otra estrategia económica para el desarrollo que emprender la producción agrícola; de ahí que al no ser apto la mayoría de su territorio para el cultivo, la parte oriental (lo que iba a ser República Dominicana) se convirtió en un fin en sí mismo para los haitianos.

Desde su independencia en 1804, Haití ha tenido 51 jefes de Estado de los que solo cinco han concluido su mandato debido a la violencia política. En tanto, 18 de esos derrocamientos fueron violentamente.

La historia de los magnicidios es más antigua que la República.