MIAMI 26 DE JULIO DE 2021, nhr.com—Hoy el periódico Granma hace alarde de la rápida acción de los “revolucionarios” para darle respuesta a los “enemigos de la revolución”, sin embargo entre La Habana y el poblado de San Antonio, donde se iniciaron las protestas del pasado 11 de julio hay 20 kilómetros, menos de media hora en un automóvil, y en todo ese trayecto el presidente designado Migue Diaz Canel, comprobó el desprecio del pueblo al ser abucheado por manifestantes descontentos con la situación del país y la represión policial.
De manera que atribuir el origen de los disturbios a los manejos del imperialismo, más que una postura real del disgusto popular obedeció a la necesidad de contar con un sólido pretexto para desatar una despiadada represión.
Ahora hemos podido conocer por una amiga residente de Santi Espíritu que se esta obligando a los trabajadores a llevar a sus centros de trabajo “estacas y bates de pelota”, por si ocurre otros disturbios pro-libertad, “caerle a palos” a los que se sumen a la demostración.
Los esbirros del gobierno han amenazado a los trabajadores que no lleven sus armas de madera al trabajo podrían ser expulsados del Centro laboral, ese es el chantaje a que son sometidos nuestros hermanos cubanos.