MIAMI 24 DE ENERO DE 2024, nhr.com—Ahora se suman a la oleada de migrantes ilegales ciudadanos de Ecuador que huyen de la crítica situación en su país.
Una nueva oleada de migrantes de diversas nacionalidades, en su mayoría de origen ecuatoriano empezó a entrar a la frontera sur de México, aprovechando la escasa o más bien casi nula vigilancia de cuerpos de seguridad y del Instituto Nacional de Migración (INM).
En entrevista, uno de los migrantes de Nombre Jorge “N” quien pidió no ser fotografiado dijo que junto con su familia, esposa, hijos, así como hermanos y otros parientes decidieron salir del país debido a la inseguridad y violencia, además de que en la actualidad no hay empleo en ningún sector, incluso, ni en el campo.
“No tenemos trabajo, con mi familia por falta de trabajo decidimos emprender un pequeño negocio de comida, pero en los bancos no dan crédito, y los únicos que te pueden prestar dinero sin requisitos, y de manera fácil, son las mafias, las pandillas, los delincuentes, pero es para que te quedes esclavizados con ellos, porque son deudas impagables”, explicó.
Al ser abordado cuando caminaba con un pequeño grupo en la carretera Tapachula-Suchiate, manifestó que cruzaron el rio Suchiate sin problemas, caminando, gracias a que el afluente está muy bajo de nivel de agua, y por eso inmediatamente empezaron a caminar, y no descansar.
El cruce para el lado mexicano, por parte de pequeños grupos de 20, 50 o hasta 100 personas procedentes de Guatemala se da de manera intermitente prácticamente a todas horas y en cualquier día.
El entrevistado dijo que en este momento la meta es llegar a la ciudad de Tapachula, en donde buscarán el apoyo de las autoridades y conseguir la documentación necesaria para poder atravesar territorio mexicano sin problemas hasta llegar a la frontera sur de Estados Unidos.
Según Jorge, en su camino por Guatemala fue muy difícil porque hay muchos robos y asaltos, incluso de parte de autoridades, como policías municipales y estatales. Aparte de los delincuentes, por lo que muchos migrantes se agrupan en el camino para irse apoyando, ya que en los contingentes vienen muchos niños y personas mayores.