MIAMI 2 DE OCTUBRE DE 2024, NHR.COM—La vicepresidenta Kamala Harris está viviendo lo que podría ser el final de su campaña, ya que cuatro cuestiones importantes convergen simultáneamente.
No es una exageración decir que Harris necesita un octubre fácil políticamente si quiere ganar la Casa Blanca. La carrera entre ella y el expresidente Donald Trump está tan reñida que cualquier interrupción podría resultar en un aumento de votos de último minuto.
Desafortunadamente para Harris, se enfrenta a cuatro cuestiones que serán un desastre para su campaña a medida que se acerca el 5 de noviembre.
El problema menos discutido, pero más importante que enfrenta Harris (y el resto del país) es la huelga de estibadores del puerto que comenzó el 1 de octubre.
Es probable que los estadounidenses se estén dando cuenta de que las negociaciones que se llevan a cabo durante meses entre la United States Maritime Alliance (USMX) y la International Longshoremen’s Association (ILA) están en un punto muerto.
La huelga de Estibadores prometida comenzó la madrugada de ayer martes y los trabajadores han prometido resistir hasta que se cumplan sus demandas de protección salarial y de no automatización.
Ya los estacionamientos de los principales minoristas están llenos de automóviles mientras los estadounidenses se preparan para interrupciones masivas en las cadenas de suministro y un rápido aumento de los precios inflacionarios. Aunque Harris puede contar con que los medios de comunicación “aliados” criticaran a estos trabajadores como personas egoístas y codiciosas que buscan un pago, lo que no están dispuestos a decirle al pueblo estadounidense es que nada de esto sería un problema si la administración Biden-Harris hubiera protegido la industria manufacturera estadounidense para que no tuviéramos que depender de países extranjeros (que controlan nuestros muelles) para fabricar los productos que usamos todos los días y de estibadores para descargar estos productos de los muelles.
La inminente sorpresa de octubre podría acabar con la campaña de Kamala Harris ahora está atrapada entre la espada y la pared.
Si la administración Biden-Harris no interviene en la huelga, podría ganar puntos políticos con los trabajadores sindicalizados, pero habrá perdido el voto de la familia estadounidense. Si la administración Biden-Harris obliga a los trabajadores portuarios a volver al trabajo como lo hicieron con la huelga ferroviaria, puede anular algunos daños económicos.
Sin embargo, el daño ya estará hecho: los estadounidenses aún deben prepararse para un impacto económico bastante fuerte, y Harris debe esperar que los trabajadores manuales no se presenten a votar por ella en noviembre.
De cualquier manera, el contribuyente estadounidense pagará el costo de esta lucha después de cuatro años de políticas demócratas que causaron una inflación casi implacable que borró el poder adquisitivo de nuestro dólar.
Harris también enfrenta una tragedia humanitaria en las Carolinas, Florida, Tennessee y partes de Georgia mientras continúan desarrollándose los efectos del huracán Helene. Las imágenes aquí son terribles.
El presidente Joe Biden les dijo a los estadounidenses que el gobierno federal y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) no tenían más apoyo para dar a las áreas afectadas porque habían planificado previamente un paquete.
Biden y Harris, sin embargo, tardaron en reconocer el daño causado por Helene, y ninguno de ellos ha visitado las áreas para parecer al menos un poco preocupado.
Las sesiones de fotos preparadas de Harris sentada en los centros de comando en DC no serán suficientes. La gente en el terreno se queja de la falta de apoyo estatal y federal. Miles de personas están atrapadas en sus casas sin agua corriente, alimentos, medicinas ni una salida al desastre, eso si las inundaciones y los aludes de lodo no hubieran destruido sus hogares.
El número de muertos seguirá aumentando y parece que este desastre no se convirtió en un problema para Harris hasta que Trump lo mencionó en su discurso de campaña.
No importa si esto es cierto o no. Lo que importa es que la gente en el terreno se siente así, y Trump es el único candidato que ha volado a Georgia con suministros y se ha reunido con los equipos de emergencia para informarse sobre la devastación.
Para estos votantes, la pregunta será: ¿dónde estaba Harris cuando la necesitábamos? La respuesta es que Harris estaba en un evento de recaudación de fondos en California para conseguir dinero para su campaña.
Harris solo puede esperar que los medios ayuden a los estadounidenses a olvidar su falta de acción. Sin esta red de seguridad, la apariencia de indiferencia cruel desanimará a los votantes. Además, la inmigración sigue siendo una espina en el costado de Harris.
Es un producto de su propia creación, por lo que no debería sorprenderle que se esté cerniendo sobre su campaña. Sin embargo, la carta del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) enviada al representante republicano de Texas Tony Gonzales a fines de septiembre afirma que, al 21 de julio, 662.566 inmigrantes ilegales con antecedentes penales estaban en la lista nacional del ICE, y 425.431 delincuentes convictos no detenidos.
Esta lista incluye 13,099 asesinos convictos penalmente, 2,521 secuestradores, 9,461 delincuentes sexuales (que no involucran agresión o sexo comercializado), 15,811 delincuentes de agresión sexual y 2,200 traficantes sexuales.
