Carlos Giménez debe aclarar lo del anuncio insultante a Hialeah

• Su encubrimiento desdice de su integridad como servidor público

MIAMI, 28 DE 2011, nhr.com—En el caso de la funesta llamada racista que se hizo a los votantes de las áreas anglosajonas desacreditando Hialeah, y por ende, a los residentes de esa ciudad a las personas que residen en Hialeah, ha motivado varias y profundas investigaciones que son características de casos de homicidios.

El ex comisionado y ahora candidato a la alcaldía del Condado Miami-Dade, Carlos Giménez, es la figura principal en este bochornoso acto y por lo tanto, la persona de la que se espera brinde la información necesaria para dar con el autor o autores del mismo, a no ser que todo haya sido producto de su propia creatividad.

No cabe duda, la llamada que en idioma inglés desprestigiaba a Hialeah con el fin de hacerle daño al alcalde de esa ciudad, Julio Robaina, el adversario principal de Giménez en las elecciones del pasado 24 de marzo. Todos los sospechosos trabajan para su campaña por la alcaldía: Joquín Urquiola, Frank May,  las agencias de publicidad y relaciones públicas, sus asesores políticos y hasta la misma locutora que grabó con su voz la llamada, y que a la vez es la voz que promociona la campaña en los medios de habla inglesa de la localidad.

Hasta el momento, cuando surgieron los primeros comentarios sobre las vergonzosas llamadas, Giménez manifestó que nada sabía al respecto. Pero enseguida salió a relucir el detalle de que Joaquín Urquiola, su contador, y quien además comparte con él el comité de acción política (PAC) Common Sense Now, además es tesorero de otro PAC, Committee for Honest Government, había sido la persona que supuestamente pagó por la transmisiones de la llamada. Y por otra parte, según el comentarista radial Roberto Rodríguez Tejara, Giménez le dijo en una reunión que sostuvieron en las oficinas de Univisión Radio que no había sido su PAC Common Sense, sino el de Fran May y Joaquín Urquiola.

Frank May, que es reconocido como creador de este tipo de anuncio llamado a desmoralizar a adversarios, alega que su PAC fue secuestrado. Lo que no se puede ocultar es quién firmó el cheque pagando por la transmisión de la llamada, y aclaro está, quién le pagó a la locutora por que usara su voz en tamaña desfachatez.

El contínuo encubrimiento de la autoría del hecho le resta credibilidad y honestidad a Carlos Giménez en su empeño por ganar la confianza de los electores. Su conducta ha sembrado duda hasta en el diario The Miami Herald, que respaldaba su candidatura y en un editorial señala que espera que  su campaña no esté detrás de tan tamaña fechoría. No tratar de que salga a la luz la verdad que se esconde en el intento por desacreditar a Hialeah y sus residentes desdice mucho de su integridad. Y como en los casos de homicidios Gimenez sigue siendo el principal sospechoso y sin derecho a fianza.