MIAMI 12 DE MARZO DE 2025, nhr.com—Después que Canadá suspendiera las amenazas de hacer un recargo a la electricidad de miles de clientes estadounidenses que compran la electricidad en ese país, Trump anuncio que ablandara su política de aranceles anunciadas ayer martes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró el martes que “probablemente” reconsideraría la duplicación de los aranceles previstos sobre el acero y el aluminio canadienses, horas después de anunciar el drástico aumento.
La decisión de Trump de aumentar los aranceles al 50 % se produjo inicialmente después de que la provincia canadiense de Ontario impusiera un recargo por electricidad a tres estados de EE. UU. que la compran.
Sin embargo, Ontario suspendió esta decisión tras conversaciones con Washington. Al preguntársele si el cambio influiría en su decisión sobre los aranceles a Canadá, Trump declaró a la prensa: “Lo estoy considerando, pero probablemente sí”.
Las amenazas de Trump se produjeron poco antes de la medianoche, fecha límite para intensificar una ofensiva comercial global con aranceles del 25 % sobre las importaciones de acero y aluminio.
El dólar estadounidense cayó bruscamente el martes, especialmente frente al euro, mientras los mercados fluctuaban en una sesión volátil. El primer ministro electo canadiense, Mark Carney, prometió previamente que su administración entrante respondería con el máximo impacto.
Sin embargo, Ontario acordó suspender el arancel del 25 % a las exportaciones de electricidad a Michigan, Minnesota y Nueva York después de que el primer ministro Doug Ford declarara haber mantenido conversaciones “productivas” con el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick. Ford, Lutnick y el representante comercial de EE. UU., Jamieson Greer, se reunirán en Washington el jueves “para discutir un T-MEC renovado antes de la fecha límite del 2 de abril para la aplicación de aranceles recíprocos”, según un comunicado conjunto entre EE. UU. y Canadá, en referencia al pacto comercial norteamericano.
Los próximos aranceles al acero y al aluminio, que actualmente no incluyen excepciones, amenazan con afectar a todo, desde productos electrónicos hasta vehículos y equipos de construcción, y obligan a los fabricantes a buscar con urgencia proveedores nacionales rentables.