• No contaron con que podrían ser demandados
MIAMI, 11 DE JULIO DE 2011, nhr.com—A nelsonhortareporta.com nos ha llegado una información que por venir de una fuente de alta credibilidad merece darse a conocer, ya que ayuda a descifrar la extraña conducta de un jefe de policía hacia sus superiores civiles.
A partir del pasado mes de febrero Miami ha tenido que padecer de una penosa confrontación entre el jefe de la Policía, Miguel Expósito, y el alcalde Tomás Regalado. Todo comenzó a raíz de la confiscación de maquinitas de video que Expósito alegaba eran ilegales. Si hubo decenas de ellas anteriormente por la ciudad, hasta ese momento la policía no había actuado. Ahora, los comerciantes que en sus establecimientos tenían esas maquinitas contaban con una licencia aprobada por la municipalidad y al parecer eso fue lo que condujo a una persecución ordenada por el Jefe Expósito y dirigida, en la calle, por un oficial cuyo deber era encargarse de investigaciones internas del cuerpo policíaco: el comandante Alfredo Álvarez.
Para los entendidos en relaciones policía-ayuntamiento, el caso ha sido incomprensible. Un jefe de policía saliendo a buscar pleito con algo que ha sido aprobado por el gobierno municipal, y lo hace sin por lo menos consultar o advertir a la administración de la que es subalterno. El jefe de policía asumiendo posición de enfrentamiento contra el alcalde y desobediencia contra su superior civil.
Pero ha habido más. Dentro del departamento de la policía surgió malestar debido a la actitud del Jefe Expósito con subalternos y otras situaciones que crearon inconformidad dentro del cuerpo. Llegaron entonces denuncias, entre éstas las del comandante Luis Cabrera, uno de sus asistentes. Y siguió la persecución de las maquinitas y arrestos en La Pequeña Habana y el área de Flagami.
Lo extraño de las redadas debido a las maquinitas era que las acusaciones no llegaban a la Fiscalía, que debió haber sido enterada para dar su aprobación o rechazo a lo que hacía la policía. En su lugar, los hechos fueron acompañados de una campaña publicitaria encabezada por el Jefe Expósito y respaldada por el comandante Álvarez. El objetivo era buscar reacción de la prensa, persiguiendo malestar dentro de los residentes de la ciudad de Miami y más allá. Había que obstruir el nuevo gobierno municipal encabezado por Tomás Regalado, amén de también nuevos comisionados (4 de 5 miembros de la Comisión).
Llegaron entonces dramáticas comparecencias en la radio y televisión por parte del Jefe Expósito y su comandante aliado Alfredo Álvarez, en las que a los dos oficiales no les bastaba denunciar o comentar sobre las maquinitas, sino que comportándose fuera de orden y demostrando rebeldía frente a sus superiores, pasaron a la vía del insulto y la difamación, incluyendo en sus ataques a hombres de negocios. Esto último hasta les ha costado tenérselas que ver en estos días frente a una demanda.
De las maquinitas, Expósito ha continuado a otras manifestaciones que han provocado indignación, sobre todo en una parte de la comunidad miamense, y hasta fuerte crítica por parte de comisionados de la ciudad. Esto, meses tras meses, apareciendo además el caso de lo que llamó soborno, alegando que quisieron comprar su renuncia. La palabra soborno la retiró más tarde entre las comparecencias en los medios a donde acudió para publicitar el hecho.
Por último surgió la denuncia de que se le coarta la libre expresión, al no permitírsele hacer declaraciones a la prensa sin contar con la previa aprobación del administrador de la ciudad, Johnny Martínez. Algo que no le es nuevo, ya que esa prohibición le llegó también del ex administrador Tony Crapp Jr., y se contempla en las regulaciones del personal del ayuntamiento de la ciudad.
Para entendidos en la materia de confrontaciones dentro de las ramas de gobierno, el tipo de conducta desarrollado por el Jefe Expósito tiene visos de conspiración. Pero hasta ahora no se había podido llegar a su raíz motora. Fuentes de entero crédito le han informado a nelsonhortareporta.com que detrás de estas acciones se encuentra el ex administrador de la ciudad de Miami, Joe Arriola.
Arriola, además de productor, es el director que ha estado detrás de Expósito informándole cómo lidiar con la administración y cómo manipular al administrador. No han sido casuales sus comparecencias en medios de prensa en momentos en que el Jefe Expósito no debe hacerlo, no solo por habérselo prohibido el administrador, sino por no perjudicarse más ante la demanda que pesa sobre él.
Arriola, según nuestra fuente, también ha venido diciéndole a Expósito que no lo pueden sacar de su puesto en enero, cuando se le cumpla el DROP (programa de retiro/jubilación que beneficia a los que se acogen a él), y ha sido quien lo ha animado para que acuda a la prensa a dar opiniones en contra de la administración.
La investigación está en curso.