MIAMI 17 DE ENERO DE 2020,—Después que una nueva caravana de inmigrantes saliera de Honduras, las autoridades mexicanas les están advirtiendo que no podrán pasar a los Estados Unidos por la nueva determinación anunciada por la Secretaría de Gobernación.
La estrategia que implementaron para no ser detenidos por el ejército de ese país, les ha dado resultados, pues decidieron camuflarse con decenas de miles de peregrinos que cada año salen por estas fechas desde Centroamérica hacia Guatemala, para celebrar el Cristo Negro de Esquipulas.
Grupos pequeños que habían partido en la noche del martes fueron persuadidos por uniformados para que desistieran de sus planes, aunque nadie esperaba que los migrantes tenían preparado una estrategia basada en las creencias religiosas.
La seguridad y las revisiones migratorias entre Honduras y Guatemala fue reforzada, pero ambos países tienen acuerdos de libre tránsito y eso también ha dificultado la identificación de quiénes son migrantes.
Hay versiones que señalan que podrían ser miles los participantes en este nuevo éxodo de centroamericanos, que fueron convocados a través de redes sociales desde mediados del mes de diciembre.
Sin embargo, fuentes cercanas al gobierno señalan que son mucho menos de lo que se tenía previsto y que, por lo mismo, consideran que la caravana será desmantelada en el camino.
Este es el primer contingente del año de centroamericanos que busca cruzar todos los obstáculos en su camino para tratar de establecerse en México, en tanto se les presente una oportunidad para cruzar la frontera norteamericana.
Los grupos han partido desde la Central Metropolitana de Transportes, ya sea en autobuses de pasajeros, aunque también hay quienes lo hicieron a pie y unos más en unidades particulares que se ofrecieron en llevarlos por tramos.
Los argumentos para dejar su país siguen siendo los mismos que las caravanas anteriores: Altos niveles de inseguridad, violencia, extrema pobreza, miedo a las bandas delincuenciales, desempleo, entre otros.
El último informe de la noche de este miércoles señalaba que muchos adultos y niños no pudieron cruzar la franja limítrofe entre esas dos naciones, porque las autoridades se los impidieron.
Sin embargo, miles de “peregrinos” lograron su cometido y avanzaron hacia la comunidad de Esquipulas, desde donde podrían separarse en dos grupos: Los verdaderos fieles católicos y los migrantes.
A pesar de ello, la inconformidad social en contra de los migrantes en la Frontera Sur de Chiapas se ha generalizado y va en aumento.
Sobre todo, porque hay sectores de la sociedad que señalan que la llegada de los indocumentados a Tapachula solamente ha traído crisis económica e inseguridad.
Y es que, coincidentemente, también se ha incrementado los niveles de inseguridad en la región y la participación de centroamericanos en delitos comunes y graves.
Así mismo, el turismo y los consumidores se han alejado de los comercios, con el argumento de que temen ser asaltados por esos grupos de extranjeros.
FUENTE: EL ORBE/ Ildefonso Ochoa Argüello