Afrentoso discurso del presidente de los Marlins

• La emprendió contra Braman, los politicos locales, la prensa y los miamenses

MIAMI 8 DE MARZO DE 2012, nhr.com—En nelsonhortareporta.com conocimos de la reunion que el presidente de los Miami Marlins, David Samson, sostuvo con un grupo de hombres de negocios de Miami y la mala opinión que tiene de nuestros politicos, la prensa y el pueblo de Miami en general.

Samson alardeó de su éxito en conseguir que los políticos de Miami le entregaran en bandejas de plata el dinero necesario para construir el estadio de los Marlins en la Pequeña Habana, pero fue mas allá y califico a los miamenses de “no estar entre los más listos”.

Comentó sobre sus viajes a San Antonio y Las Vegas en busca de un nuevo hogar si no se daba lo del nuevo parque de pelota en Miami, y que en Las Vegas, el entonces alcalde Oscar Goodman se apareció con cuatro coristas en el encuentro que sostuvieron sobre el traslado de los Marlins. De haberse mudado para Las Vegas, dijo que sugirió que los casinos compraran todos los boletos por adelantado para que nadie fuera distraido y abandonara los casinos.

“No nos importa si nadie viene”, recordó sonriente que fueron sus palabras. “Jugaremos ante la presencia de nadie y tendremos todo el dinero”.

Reflexionando sobre la controversia que rodea al nuevo estadio de beisbol de los Miami Marlins y con los edificios de estacionamiento, el presidente de los Marlins dijo el martes que tenía algunas palabras para los miamenses y críticas para los funcionarios públicos. “No tengo por qué retractarme, ya está construido el estadio”, señaló Samson, dirigiéndose al grupo de unas 75 personas que asistieron al desayuno patrocinado por el Beacon Council al que acudió como invitedo y en el que indicó que los políticos locales no son los suficientes intelectuales.

Los políticos estatales no quedaron fuera de las criticas de Samson, quien señaló que “en Tallahassee no hacen nada, hay muchos intereses, pero al final no hacen absolutamente nada”.

Como se sabe, gracias a las gestiones hechas por el entonces alcalde de Miami Manny Díaz, del alcalde del condado Carlos Álvarez, el administrador condal George Burgess y varios comisionados del condado, entre éstos Bruno Barreiro, la destituida por el pueblo en el revocatorio, Nathasha Seijas; y Sally Hayman, se le financió a Samson el estadio, a través de la venta de bonos del condado y la ciudad, trato que ha sido ampliamente criticado por algunos círculos políticos y empresariales de Miami que han dicho que fue un “regalo a los Miami Marlins siendo una empresa privada”.

Durante su discurso, que más bien resultó una desagradable descarga, Samson criticó duramente al empresario Norman Braman por haber presentado una demanda para bloquear el acuerdo obtenido por los ejecutivos de los Marlins para la construcción del estadio.

“Si tiene el tiempo y el dinero, veámosle postulado para un cargo público. Debería parar de decir lo malo que está esto y comenzar a tratar de hacer la diferencia”.

Sobre la ayuda de Braman a la campaña para destituir al alcalde Carlos Álvarez por querer éste aumentar impuestos y haber hecho el negocio del estadio, Samson calificó de “patética” la participación de los votantes, añadiendo que los revocatorios producen un efecto negativo en el proceso politico, haciendo temblar las piernas de los que no son blanco, en lugar de inspirarles para hacer lo que es bueno para la comunidad”.

Sobre la franquicia y su presencia en la Pequeña Habana, David Samson dijo que los ejecutivos del equipo serán quienes carguen con la responsabilidad si no se triunfa en el nuevo estadio de 37,000 asientos y techo retractable.

Por criticar, hasta se le ocurrió comentar que “los jugadores profesionales de beisbol son tratados como héroes, pero ellos no pueden mantenerse a esa altura; como seres humanos son falibles, pero la gente los convierte en deidades”.

En resumen, si el contenido del discurso de David Samson es un reflejo de su condición de ser humano, deja una estela de confusion que invita al rechazo de cualquier empeño que se traiga entre manos. Sus palabras, la opinión que tiene de los politicos locales, de la prensa y hasta de los miamenses, basta para ser rechazado por la comunidad de Miami-Dade en general.