MIAMI 23 DE AGOSTO DE 2024, NHR.COM—Hoy se cumplen dos años que nuestro entrañable amigo Joaquín Perales nos dejó y se fue al lado del Señor, que seguramente lo acogió en su seno.
Ayer los tertulianos de la Mesa Redonda, en la Carreta de la calle 40 lo recordábamos, porque Joaquín es una de esas personas difíciles de olvidar, y es que también La Carreta no es igual desde que Perales nos dejó.
Joaquín fue el fundador de La Carreta de la 40, su copropietario y gerente, y la supo poner en un lugar preferente, no solo para los residentes de Westchester, sino para todos los residentes de Miami. La Carreta era un punto de referencia, “oye te veo en la Carreta”, bastaba con eso para saber donde era el lugar de encuentro.
No existió el día en que ese español oriundo de la municipalidad de Enguera en la provincia de Valencia, España, pasara por la Mesa Redonda, “la mesa de los 10” nombre que el mismo la bautizara y nos contara un chiste o trajera una caricatura de un político o una nota patriótica ya sea de la época o de nuestra Cuba a la que el aprendió a querer por los años que vivió en ella.
Joaquín se fue a Cuba con unos 20 años de edad, quienes lo conocieron en La Habana, dicen que fue llevado a Cuba por su tío, dueño de una bodega restaurante en 8 y 23 en el Vedado, y el tío lo llamaba “sobrino” a la hora de ordenarle hacer su trabajo, por eso todos los parroquianos lo llamaban así “sobrino”. Joaquín trabajo allí hasta que vino a Miami como exiliado.
“Trabajaba desde la mañana hasta cerrar en la noche” nos dijo Camilo Pedreda que lo conoció en la bodega, “era un trabajador incansable allá y aquí”, concluyó.
En ocasiones pasaba por la mesa y a distancia con su dedo contaba cuantos estábamos, si faltaba alguno, jocosamente nos decía, “oye se fue alguien” haciendo alusión de la desaparición de algunos, y seguía su camino riendo.
Perales era una persona que como amigo era querido por todos, no tenia enemigos, como gerente de La Carreta mantenía el profesionalismo que Joaquín instituyó desde su apertura, siempre al lado de Sandra Meneses, su mano derecha y que no hay un solo día en que lo recuerde con mucho cariño.
Siempre recordamos cuando en un mes de septiembre Joaquín se había escapado con Delia (su esposa fallecida también) a visitar a sus familiares a Enguera y coincidía con nuestra visita a España y quedamos para vernos en su pueblo.
Cuando llegó el día y en plena carretera desde Madrid a Enguera Delia nos llama por teléfono y me dice “oye ni vengan porque aquí no hay estacionamientos”, y es que se estaban celebrando las fiestas del pueblo y estaba media España allí, al recordarlo Joaquín siempre se reía.
Y es que esa es la manera en que queremos recordar a este amigo, que siempre nos llenó de alegría cuando visitamos La Carreta de la 40, un lugar de encuentro, de referencia, que no es igual sin Joaquín Perales, que en Paz Descanse en unión de amada Delia.