ANDREW GILLUM ¿RACISTA O FALTA DE RESPETO?: El socialista candidato a gobernador tilda de “basura” palabras del presidente Trump

MIAMI 10 DE OCTUBRE DEL 2018, nhr.com—Si durante la presidencia de Barack Obama, un candidato a gobernador se refiere a cualquier comentario que hiciera como “basura”, inmediatamente los demócratas socialistas del Congreso y sus aliados en la prensa liberal lo tildarían de racista, de falta de respeto o ambos.

Pero no, aparentemente en el caso del candidato negro a la gobernación de Florida Andrew Gillum, quien en su cuenta de tweeter lanzó fuertes críticas al presidente Trump calificando sus palabras de “basura”, ¿es eso racismo?, NO, es falta de respeto.

La desafortunada declaración de Gillum se produjo después que durante una entrevista el presidente acusó al alcalde de Tallahassee de gobernar una ciudad con muchos problemas de corrupción y alto índice de criminalidad.

Y eso es cierto, Gillum y varios cabilderos amigos están siendo investigados por el FBI y Tallahassee es la ciudad de más alto índice de criminalidad de Florida, de acuerdo con datos del Buro Federal de Investigaciones.

Gillum atacó al presidente escudándose detrás del Huracán Michael que se aproxima al área norte de Florida declarando que “Trump se debe comportar como un socio ahora que el norte del estado se prepara para la llegada del huracán”

“Por favor no vengas a mi estado a hablar basura de mi ciudad mientras nos preparamos para un huracán de categoría 3, ahora necesitamos un socio, no un político”, escribió Gillum.

El presidente otras veces ha lanzado críticas contra el candidato negro, sobre su agenda socialista, hacer campaña con Bernie Sanders y calificarlo como un gobernador que convertiría a Florida en otra Venezuela.

Una investigación federal en curso sobre la corrupción pública en Tallahassee, amenaza con dañar la naciente campaña del candidato a Gobernador Demócrata Andrew Gillum, alcalde de esa ciudad.

El FBI investiga si los desarrolladores de fuera de la ciudad fueron capaces de influir en algunos proyectos de desarrollo de la ciudad.

Ron Desantis oponente de Gillum dijo recientemente que, “él está envuelto en muchos escándalos de corrupción”, agregando que, “él ni siquiera puede dirigir la ciudad de Tallahassee, por el alto índice de criminalidad”.

El FBI se ha negado a comentar sobre la investigación.

Aunque hasta ahora Gillum no ha sido acusado en ninguna de las citaciones, las preguntas se han planteado acerca de su participación potencial, en parte porque los investigadores han solicitado la información de Adam Corey, un cabildero y viejo amigo de Gillum que fue presidente de Finanzas en su campaña durante la alcaldía en 2014. También cientos de correos electrónicos de Corey a Gillum han sido publicados en Internet.

Los lazos de Gillum con Corey son muy estrechos él lo conoció mientras estaba en la Universidad, y han suscitado cuestionamientos por mucho tiempo. El diario Tallahassee Democrat divulgó en 2015 que “la decisión en el 2013 de Gillum de lanzarse como Comisionado de la ciudad era para votar en proyectos multimillonarios atado a Corey a través de la Agencia de reurbanización de la comunidad de la ciudad”, planteándose entonces preguntas debido a su amistad.

Ese voto abrió el camino para que Corey y otros socios convirtieran una planta eléctrica obsoleta y abandonada en un restaurante llamado Edison.

Los rumores crecieron cuando el periódico informó sobre el viaje de vacaciones que hicieron juntos Gillum y Corey a Costa Rica, donde acordaron reunirse con Mike Miller, uno de los tres agentes encubiertos del FBI que se hicieron pasar por desarrolladores, una vez que estaban de vuelta en Florida.

El jefe de personal de Gillum dijo al periódico que el viaje no estaba relacionado con los negocios y que estaba de vacaciones con sus amigos.

También otros cuestionamientos se han hecho sobre un viaje Nueva York en el 2016, donde Corey y Miller también estuvieron presentes. Una estación de televisión local publicó una foto en agosto de 2017 que mostró a Corey, Gillum y el agente encubierto del FBI sentados en la parte trasera de un barco en el puerto de Nueva York con la estatua de la libertad en el fondo.