CARAVANA PROSIGUE: Deshidratados, con ampollas en sus pies y padeciendo de gripe y fiebre alta dicen que no se rinden

MIAMI 1 DE NOVIEMBRE DE 2018, nhr.com—Los más de 6 mil migrantes se ubicaron en la terminal de autobuses, habilitada y coordinada por la autoridad de Juchitán para recibirlos. Muchos hombres y jóvenes traen los pies con ampollas que les impiden caminar, otros vienen deshidratados y los niños padecen gripe, tos y altas temperaturas.

“Aquí les brindamos agua, servicio médico, sanitarios, habilitamos un comedor comunitario, además de servicio de seguridad, la intención es que tengan un espacio digno”, informó José Antonio Marín López, coordinador municipal de Protección Civil.

La secretaria de salud señaló que, por acuerdo del cabildo, el 30 y 31 de octubre se aplicó la ley seca que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas. La dependencia exhortó a los migrantes a evitar salir a las calles y avenidas, y ubicarse sólo en el refugio asignado.

Un grupo de 20 migrantes solicitó al Grupo Beta, del Instituto Nacional de Migración, su repatriación, porque no era lo que se esperaban, además de que han estado enfermos, por lo que prefieren regresar a sus países.

Sin comida

Ayer se fueron 40 de Niltepec y hoy al parecer van a ser otros 40. Traigo a mi mamá y mis dos hijos enfermos, sabemos que al regresar allá nos esperan la pobreza y la violencia, pero ya no podemos más, de verdad que caminar largas horas y no comer alimentos sanos nos ha afectado mucho, dijo Heber Ramos, de origen guatemalteco.

Una brigada de Ciudad de México se sumó a los servicios de salud de Oaxaca y de la Cruz Roja que desde el sábado atienden a los migrantes. Con actividades recreativas y educativas, la fundación Save the children se encarga de los menores.

Por la noche, los extranjeros acordaron esperar un día más en Juchitán mientras ven la posibilidad de que el gobierno o alguna organización civil les proporcione autobuses para continuar su recorrido hasta Ciudad de México, informó el médico y voluntario Manuel Valenzuela, coordinador en turno de la caravana.

La más pequeña

Yesenia Estrada, de 23 años de edad, y su esposo, huyen de la violencia y la falta de empleo que padecen en Honduras; tienen tres hijas, una de seis años, otra de cuatro y la de 26 días de nacida. La consideran la migrante más pequeña de esta caravana.

A su llegada a Juchitán, su padre le habilitó un pedazo de cartón para descansar; ahí le han donado pañales y cobijas, pero no han sido suficientes, porque son cinco personas en total y no tienen otra opción, ya que si regresan a Honduras sufrirán más, asegura.

“Mi bebé nació el 4 de este mes y para el día 23 ya estábamos todos uniéndonos a la caravana. Han sido días muy difíciles, porque caminamos y otras veces pedimos aventón, pero no tenemos otra opción, allá no hay empleo.”

Yesenia relató que caminar largas horas y vivir este ritmo acelerado de la caravana la ha debilitado, pero no se rinde. Allá no hay nada, sólo violencia nos persigue, entonces decidimos salirnos, nuestros familiares no saben, vamos a seguir hasta donde podamos, a la frontera o Estados Unidos, tenemos tres hijas que atender, y no es nada sencillo, señaló.