MIAMI 3 DE NOVIEMBRE DE 2021, nhr.com—En una demoledora victoria en Virginia y con un buen resultado en Nueva Jersey, el Partido Republicano ha encontrado una estrategia que podría reparar la dañada imagen del Partido Republicano en estados indecisos y suburbios de todo el país.
El empresario republicano Glenn Youngkin, casi desconocido hace un año, ganó el martes las elecciones a gobernador de Virginia, sin distanciarse del todo del presidente Donald Trump que el dia antes realizo un rally virtual, dándole el respaldo a Youngkin.
“Los candidatos importan”, dijo el estratega jefe de Youngkin, Jeff Roe. “No nos definía Obama, no nos definía Trump, nos definía Glenn”.
Con una clara ventaja de motivación entre los votantes conservadores, los demócratas deberían preocuparse porque la victoria republicana en Virginia y la disputa electoral más ajustada de lo previsto en Nueva Jersey -que el miércoles de madrugada seguía demasiado igualada como para anunciar un ganador- pueda augurar una oleada antidemócrata en 2022.
Los demócratas perdieron 63 escaños en la Cámara de Representantes y seis en el Senado al año siguiente de que el republicano Bob McDonnell ganara las elecciones a gobernador de Virginia en 2009, el último republicano que había ganado una votación de todo el estado.
Pero para aprovecharse de ese ambiente el martes, los republicanos en Virginia -y hasta cierto punto, en Nueva Jersey- siguieron una estrategia que requería aplacar a la base de seguidores de Trump y a su estilo de política. Y en un gesto inesperado, Trump cooperó manteniéndose en segunda fila y participó sólo en apariciones a distancia por llamada y enviando emails a sus seguidores hacia el final de la campaña.
En Nueva Jersey, el republicano Jack Ciattarelli estaba inmerso en una ajustada carrera con el actual gobernador con el 49.7% de la votación, y Phil Murphy 49.6%, en un estado que Biden ganó por 16 puntos hace un año.
Youngkin en particular ofreció un mensaje positivo centrado en asuntos cotidianos, especialmente la educación, que en cierto modo dio permiso a los independientes y a los republicanos cansados de Trump para votar de nuevo al partido.
Pero como líder indiscutido del Partido Republicano actual, el discreto papel de Trump fue lo más llamativo.
El que los republicanos puedan mantener su éxito de esta semana en las elecciones de media legislatura de 2022 -donde las votaciones más disputadas serán en estados que tienden a cambiar de color y distritos moderados- depende en buena parte de si Trump se conforma con quedar en un segundo plano de la política nacional, mientras prepara una campaña presidencial para 2024.