• Están solicitando la derogación de órdenes judiciales que les ata las manos
MIAMI, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2013, NHR.com—Una acción tomada en las últimas horas por autoridades del condado y la ciudad de Miami iría a lograr sacar de las calles a los centenares de desamparados que viven y duermen en aceras, en bancos de esperar ómnibus y debajo de los puentes y que están amparados por una vieja orden judicial que data del año 1988.
Ayer, el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, junto con autoridades de la Asociación de Desarrollo del Centro de la Ciudad, informaron que irían a solicitar de las autoridades federales que modifiquen aquella orden judicial que le da autoridad y derecho a los desamparados a realizar actos tan vitales como poder cocinar en lugares públicos incluyendo parques, dormir en las aceras y hasta orinar en público sin ser arrestados.
El anuncio hecho da al condado, a la ciudad y al Downtown Development Association la oportunidad de demostrar la decisión de limpiar el centro de la ciudad, la zona de Biscayne Boulevard y la céntrica calle Flagler, con la finalidad de revitalizar esa área.
“Es una realidad de cuestión moral”, dijo el alcalde Giménez y añadió que “nadie debe estar durmiendo en las calles de nuestra ciudad”.
Por su parte, la Comisión de Miami votó unánimemente por solicitar a los tribunales federales eliminar la orden dictada por un juez contra la ciudad en 1988. El caso entonces fue que la Unión de Libertades Civiles representaron a miles de pordioseros que no tenían hogar y argumentaron que era inconstitucional la práctica de la policía de sacar a la fuerza de las calles a los desamparados y hacerlos perder sus pertenencias, llevarlos a la cárcel y acusarlos de delitos menores. Esto terminó con un acuerdo en que la policía no podía detener a ls personas sin hogar por “actos involuntarios e inofensivos” sin que primero se le ofreciera una cama en un refugio.
NHR.com espera por los resultados que las solicitudes de ambos, el Condado y Miami puedan lograr. No se puede ignorar que muchas de esas personas desamparadas son enviadas y hasta trasladadas a Miami desde otras ciudades y hasta estados. El problema no es sencillo.