MIAMI 7 DE DICIEMBRE DE 2022, nhr.com—El arresto y posterior libertad del ex congresista David Rivera ha causado revuelo en Miami, después que haya sido acusado de haber trabajado para el gobierno comunista de Nicolas Maduro y obtenido un negocio multimillonario.
Pero David Rivera al que muchos lo han calificado de payaso, ha dado una diferente visión de lo que se le acusa por los agentes federales.
“Nada tiene que ver con PDVSA, no tenía nada que ver con el gobierno de Venezuela”, dijo David.
Rivera estaba contradiciendo previamente el relato de los agentes federales sobre un acuerdo comercial de 2017 en el centro de su arresto el lunes en Atlanta.
Según el propio Rivera, el estaba ayudando a los disidentes venezolanos que trabajaban en la filial petrolera estadounidense de su país.
Rivera declaró, “Citgo petróleo en 2017 se acercó a mí porque miembros de la oposición venezolana hablaron de disidentes dentro de Citgo que no estaban contentos con la forma en que la compañía estaba siendo administrada por el gobierno de Venezuela y vinieron a mí pidiendo sugerencias, para consultar para obtener asesoramiento sobre cómo pueden distanciarse sobre cómo pueden separarse. “, dijo.
Pero en la nueva acusación contenida en 34 páginas revela las acusaciones de que Rivera y su amiga y confidente Esther Nuhfer son agentes extranjeros no registrados y que han lavado dinero.
Según la acusación, el contrato de $ 50 millones que Rivera hizo con la compañía petrolera estatal de Venezuela era para un canal secreto para negociar el alivio de las sanciones y la normalización de las relaciones del régimen de Maduro con la administración Trump, algo que nunca ocurrió.
La mención de un senador de Florida, también aparecen en la acusación, haciendo referencia al parecer del senador Marco Rubio, amigo del acusado.
El senador de Florida Marco Rubio no es nombrado, pero es abierto sobre su amistad de larga data con Rivera que se remonta a la Cámara Estatal de Florida.
La acusación detalla reuniones en Washington DC solicitándole al senador facilitar una solución, pero informó al equipo que el conductor del autobús, nombre clave para Maduro por este ser chofer de guaguas antes de ser presidente, tendría que dar garantías para una elección democrática, lo que Maduro finalmente no hizo.
La oficina de Marco Rubio dio a la siguiente declaración:
“Durante una reunión de julio de 2017, el Sr. Rivera le dijo al senador Rubio que el asociado cercano de Maduro, Raúl Gorrín, quería entregar personalmente una carta del dictador al presidente que describía un acuerdo para celebrar elecciones libres y justas y salir del poder. Unos días más tarde, Gorrín llegó a una breve reunión en Washington, pero no presentó tal carta y ni siquiera mencionó la posibilidad de tal acuerdo.
Como indica explícitamente la acusación, el Sr. Rivera y sus asociados “nunca revelaron a ninguno de los funcionarios de los Estados Unidos con los que se reunieron que estaban cabildeando en nombre del Gobierno de Venezuela”. Y expone cómo el senador Rubio comunicó directamente lo que ha dicho públicamente durante más de cinco años, que la única forma en que se deben levantar las sanciones es si el régimen acepta elecciones libres y justas. Si, como se alega, esto fue un esfuerzo por suavizar su postura sobre las sanciones, fracasó miserablemente”.