• Cada día son más los que utilizan el tren para ir y venir del MIA
MIAMI, 18 DE SEPTIEMBRE DE 2012, NHR.com—Desvestir un santo para vestir a otro, es un viejo refrán que hoy se escucha entre los taxistas del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA), después de la apertura de la línea del Metrorail que facilita llegar a esa terminal aérea desde diferentes puntos de la ciudad.
Al respecto, leímos en el Nuevo Herald un artículo sobre la ventaja que la extensión del tren al aeropuerto significa para los pasajeros; lo conveniente, económica y rápida que es esta opción de enlace entre la ciudad y hasta para otros condados.
“Caroline Junco y su novio Gustavo Ugarte, que acababan de llegar de Perú, buscaron la estación del Metrorail en el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) y abordaron el tren que esperaba en el andén, junto con sus abultadas maletas”, dice el reportaje..
Y continúa el Nuevo Herald: “Nuestra amiga nos dijo que era más barato que nos fuéramos en el tren”, dijo Ugarte, que trabaja en una importadora de autos y viajaba con Junco, que tiene una empresa de ropa de mujer en Lima.
Junco y Ugarte son los típicos pasajeros que actualmente utilizan la nueva ruta del Metrorail al aeropuerto que fue inaugurada el 28 de julio, luego de que el sistema operara con solamente una línea desde que inició servicios hace 28 años.
En las últimas horas NHR.com hizo una gira por las piqueras de taxis y encontramos otra opinión muy distinta a la expresada por el periódico, una legión de chóferes que si antes le era imposible pagar por usar el auto para trabajar ahora se las están viendo peor.
“Antes teníamos llamadas de diferentes partes para traerlos al aeropuerto, pero tenemos un gran por ciento de menos trabajo”, nos dijeron algunos que estaban parados en el Mall de las Américas haciendo piquera allí.
Según el artículo del Nuevo, “gran parte de los pasajeros que utilizan la nueva ruta son viajeros internacionales”, sin embargo, también son muchos los locales que en vez de ir en su automóvil y estacionarlo en el aeropuerto o llamar un taxi, toman el Metro y se bajan en la estación del Metro. “Ha resultado desvestir un santo para vestir a otro”, nos dijo Leonel, un taxista estacionado en el lote del aeropuerto, que esperaba su turno para entrar en la terminal.
Los taxistas contactados nos dijeron que tienen que pagar por la licencia semanalmente, la gasolina y la entrada al aeropuerto, y ahora se perjudican con la competencia del Metroraíl.
Estas quejas de los taxistas la ratifica un entrevistado por el Nuevo Herald, Mike Dwiggins, quien alquiló un automóvil y vino al aeropuerto a devolverlo, “Tomar el Metrorail al aeropuerto es mucho mejor que un taxi, porque cuesta sólo dos dólares”, dijo Dwiggins. “El servicio es excelente”.
Por ahora de acuerdo con dirigentes del Metro, la nueva ruta está creciendo por día en el número de pasajeros. Mientras habrá que pensar en qué hacer para que la industria del taxi no se vea muy perjudicada cuando sean más y más los que utilicen el tren del Metrorail.