• El millonario Philip Levine trata de impresionar con regalos pero no le sale muy bien lo de mofarse de los hiapanos
MIAMI, 2 DE OCTUBRE DE 2013, NHR.COM—La campaña por la alcaldía de Miami Beach se ha convertido en una cargada de racismo por parte del candidato anglo Phillip Levine. Levine, mofándose de los hispanos residentes de Miami Beach, ha dicho que si fuera electo alcalde él “cambiaria la cultura del Ayuntamiento de una del mañana perezoso o vagabundo a una cultura de pujanza hacia delante, pateando las latas en el camino”.
La comunidad hispana residente de la Playa está que trina con el candidato Levine. Dicen que cuando en su alocución en inglés se refirió a “mañana”, fue en son de burla, y cuando dijo “pateando las latas en el camino”, se refería a los hispanos que hacen negocios con esa ciudad.
Levine también tiene una política similar a la de Nueva York, de donde es oriundo, donde “aparentemente se compran los votos”, le dijo a NHR.com un activista de la Playa, refiriéndose a que Levine obsequia a los ancianos residentes en complejos de viviendas de bajos recursos con regalos, los lleva al casino y les ofrece cenas gratuitas.
Ayer martes se llevo a cabo una reunión donde los dos candidatos a la alcaldía, Phillip Levine y el comisionado Michael Góngora, participaron. El evento, patrocinado y organizado por el Breakfast Club y The Miami Beach Taxpayers Association, tuvo como escenario los salones del Shore Club Hotel, y a diferencia de la mayoría de los eventos para recaudar fondos en campañas políticas, donde los candidatos cobran por la cena que se vaya a servir, Levine se anticipó a Góngora y pagó por todo lo consumido por los comensales, casi todos personas jubiladas.
“Eso es comprar las elecciones”, dijeron algunos de los participantes hispanos que se oponen a Levine.
El evento se tornó caótico, cuando el comisionado Góngora tomó la palabra y los simpatizantes de Levine comenzaron a gritarle, incluyendo llamándolo “pendejo”, pero rápidamente Góngora aplacó la situación, logrando convertir aquello en una multitud que lo aplaudió por unos 5 minutos.
Una señora de la raza negra que estaba presente, tomó el micrófono y le gritó a los simpatizantes de Levine que ella era una americana negra. “Me han llamado negra, en mis años residiendo en Miami me han insultado lo suficiente, hagamos silencio y vamos a escuchar lo que tienen que decir los candidatos”. La calma volvió al escenario de “miting político”.