MIAMI 17 DE FEBRERO DE 20-16, nhr,com–Detrás de la muerte de cualquier “celebrity” que se precie, se crean siempre oscuras tramas que intentan buscar una explicación del repentino e impactante deceso. El caso de Antonin Scalia, el noveno miembro del Alto Tribunal, no es una excepción. Tras su fallecimiento el pasado sábado a los 79 años, supuestamente, a causa de un infarto, han seguido una serie de confabulaciones vagamente probadas que hablarían de una conspiración para trastocar ideológicamente al Supremo, que ahora tendría cuatro jueces conservadores (antes eran cinco) y cuatro más progresistas.
Su cuerpo fue encontrado el sábado por la mañana, tendido en la cama de un lujoso rancho en Texas. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, el hombre que lo halló y dio aviso a la Policía, John Poindexter -un multimillonario texano propietario del rancho Cibolo Creek, donde se alojaba Scalia – aseguró al periódico “Express News Sunday”, que el juez tenía sobre su cabeza una almohada. “Estaba tumbado sobre la cama, boca arriba y con la almohada sobre el rostro. Las cama estaba sin deshacer y las sábanas estiradas. No parecía que hubiera estado durmiendo”, aseguró el testigo. “Sus manos estaban sobre las sábanas, no dentro de ellas”, añadió.
Poindexter, es un demócrata millonario tejano íntimo amigo del presidente a quien Obama le condecorara con el “Presidential Awards”, otorgada solamente a las personas que mas haya donados a la campaña del president.
Por su parte, la investigación apunta a que la muerte se debió a causas naturales y según confirmó la juez Cinderela Guevara a Associated Press, en el lugar donde fue hallado el cadáver no había “señales de juego sucio”. Sin embargo, los familiares del magistrado no quisieron que se le practicara una autopsia y el mismo día en que fue encontrado su cuerpo lo trasladaron de El Paso a Washington para ser enterrado. Esta decisión no ha hecho sino aumentar las dudas sobre su muerte.
El día anterior a su muerte, Scalia había estado cenando con amigos en el Cibolo Creek. A esta cita acudieron alrededor de 30 personas y ninguna observó que el juez estuviera mal de salud. A eso de las nueve de la noche, Antonin se despidió de sus conocidos asegurando que estaba cansado y se desplazó hasta su vivienda. “Estaba sentado a mi lado, se lo estaba pasando muy bien, pero pasadas las nueve me dijo que había sido un día y una semana larga y que necesitaba dormir”, explicó Poindexter. El multimillonario no dio importancia a esta explicación. Así que a las ocho de la mañana fue a despertarle para dar un paseo. “La puerta estaba cerrada por dentro con llave y nadie contestó. Al cabo de tres horas, volví junto con otro amigo que había venido de Washington. Una vez más no hubo respuesta al otro lado. Cuando conseguimos forzarla le vimos tirado en la cama, sin pulso”, relata el propietario del rancho, que suele utilizarlo como punto de encuentro festivo con asiduidad. “Aquí no había políticos ni juristas, nadie relacionado con ese ambiente”, aseguró el propietario, que en ocasiones anteriores ha tenido invitados como Julia Roberts o Tommy Lee Jones.
Mientras los rumores sobre un posible complot anti-Scalia aumentan por momentos, el presidente Barack Obama sigue buscando candidato para sustituirle. Claro está que busca un juez de corte progresista (totalmente opuesto al fallecido) lo que disgusta sobremanera a los republicanos que no quieren perder influencia en el Supremo. Su nominación vendrá a cargo del presidente (el cual abandonará la Casa Blanca en noviembre), sin embargo, necesita el visto bueno del Senado, que ahora está en manos de los conservadores