MIAMI 3 DE SEPTIEMBRE DE 2021, nhr.com—Una tercera caravana integrada por migrantes en su mayoría por haitianos, venezolanos, guatemaltecos y hondureños salió en las ultimas horas con destino a los Estados Unidos desde el municipio de Tapachula, según informa el prestigioso periódico El Orbe de ese municipio del estado de Chiapa.
Los ilegales, que viajan en este éxodo migratorio son hombres, mujeres y niños, que han permanecido meses en espera de la legalización de sus documentos; sin embargo, la desesperación y la falta de dinero, los ha obligado a salir en contingente como el único medio para avanzar a la frontera norte del país.
Según el periodista del Orbe M. Blanco, ni la fuerte lluvia que estuvo azotando desde la madrugada los detuvo. Unos llevaban paraguas, otros solo utilizaban bolsas de plástico para cubrir a sus hijos y a las mujeres, muchas de ellas embarazadas.
Este nuevo flujo de migrantes caminaba rápido y, horas después ya habían avanzado hasta el municipio de Huixtla, donde tenían previsto descansar y seguir hacia la frontera con Estados Unidos.
Uno de los migrantes de Guatemala que se identificó como José N, explicó a EL ORBE que se unió a esta caravana, por la necesidad que los hace caminar, aunque sabe que las fuerzas federales ya los esperan en algún tramo carretero.
Señaló que, en este grupo, la mayoría de los que viajan son alrededor de un 95 por ciento haitianos, y el resto centroamericanos y algunos cubanos.
Relató que, en su caso, ha viajado en reiteradas ocasiones y ha sido deportado varias veces. Por ello, decidió unirse a esa nueva aventura hacia Norteamérica.
Al llegar cerca del municipio de Huehuetán, a unos kilómetros de la entrada al ejido Guadalupe, la columna se topó con un camión del Instituto Nacional de Migración (INM), donde viajaban agentes migratorios. Una uniformada trató de impedir su paso en la vía, pero sin embargo, los indocumentados lograron escurrirse por un lado.
“Esto es una invasión, no pueden continuar”, decía la agente de migración, Elena N, en su intento de detenerlos en medio de empujones, jalones y gritos de los haitianos.
A su paso, los haitianos dijeron a los medios de comunicación que, en Tapachula, no hay alimentos, trabajo, documentos y oportunidades para permanecer en espera.
Tras este incidente, los migrantes siguieron su camino sobre la carretera costera, con la ilusión de que no serían detenidos, aunque dudaban de lo que ocurriría en su destino.
Mientras eso ocurría, la segunda caravana de migrantes que había llegado a la cabecera municipal de Mapastepec, fueron sorprendidos como sus antecesores un día anterior, ya que elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) los sorprendieron cuando dormían bajo el techo de una cancha.
A la gran mayoría no les dio tiempo escapar y fueron apresados. Los gritos desgarradores de las mujeres embarazadas y de los niños no sirvieron de nada y también fueron detenidos.
Otros corrieron con suerte esta vez y lograron huir entre matorrales y potreros. Los detenidos fueron subidos a carros oficiales y llevados, se cree, a la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula.
El personal federal monto operativos de búsqueda de los dispersos, para impedir que continúen su avance al centro del país.
Mientras que, la primera caravana fue dispersa este martes, se sabe que algunos lograron huir por caminos de extravío y que posiblemente llegarían en las próximas horas al municipio de Pijijiapan, pero ya en pequeños grupos.
La salida de estas personas en caravanas se ha dado, según los mismos migrantes, debido a que el gobierno federal los ha mantenido retenidos en Tapachula desde el año pasado, con la estrategia de no entregarles algún documento que les permita recorrer el país para llegar a la frontera norte.
Muchos de esos extranjeros han decidido desafiar a las autoridades y lanzarse a caminar cientos de kilómetros, sin importarles el peligro que se puedan encontrar en las carreteras.
La situación migratoria en Tapachula ha empeorado en los últimos días. Iónicamente, la frontera entre México y Guatemala sigue sin vigilancia alguna y cada día pasan cientos, quizá miles, de indocumentados a Chiapas, atraídos por el sueño americano y por el ofrecimiento del gobierno mexicano de cobijarlos, de darles el estatus de refugiados, así como de los servicios de educación, salud, trabajo, vivienda, apoyos económicos, entre otros.
FUENTES: EL ORBE / M. Blanco