MIAMI 10 DE FEBRERO DE 2022, nhr.com—Se calientan los ánimos en la ciudad de Tapachula colindante con la frontera de Guatemala y por donde entran las caravanas de indocumentados que pretenden llegar a Estados Unidos, sin embargo muchos son detenidos allí y los empresarios y residentes están hartos de los delitos que cometen.
“Gran parte del sector empresarial no le está pidiendo a las autoridades federales que descubran el agua tibia o el hilo negro, solo que aplique lo que establece la ley; es decir, o deja pasar a los indocumentados para que lleguen a la frontera con Estados Unidos, o los deporten, porque de lo contrario, solo esgriman la ley a conveniencia y a Tapachula la convierten en un vergonzoso campo de concentración”, dicen el empresario Abel Ruiz Méndez vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria y la Transformación (Canacintra), delegación Tapachula, entrevistado por el periodista del periódico EL ORBE Nelson Bautista.
Ruiz Méndez dijo que es realmente preocupante que el gobierno federal haya abierto las puertas de México a todos los migrantes, “ya que éstos están por miles en Tapachula donde han desquiciado el orden, la tranquilidad y la seguridad”.
Dijo que es una ironía meter a la cárcel a una persona por robarse un desodorante de una tienda, pero a los migrantes se les permite que entren de manera ilegal al país, violen la soberanía nacional, no acaten las medidas sanitarias de las que depende la vida de todos; violen las normas de civilidad y todavía se les tengan que dar servicios gratuitos de salud, educación, empleo, medicamentos y otros que ni siquiera los mexicanos tienen.
“Aunque las autoridades no quieran reconocerlo, los indocumentados en Tapachula causan muchos problemas y afectan a la industria, al comercio y a la población en general”, recalcó el empresario.
Aun cuando reconoció que no todos los extranjeros que llegan son malos, aclaró que dentro de esos flujos “hay gente mala que está contaminado a los jóvenes de la región, más cuando éstos les da por imitar todo lo que hacen y las malas costumbres”.
Puso de ejemplo que en el Soconusco se han detenido a cientos de indocumentados que tenían órdenes de búsqueda y aprehensión en sus países de origen por delitos como extorsión, robo, asalto, ataques sexuales, narcomenudeo, terrorismo, lesiones, homicidio, entre otros, justo cuando ya habían tomado a la región como su centro de operaciones.
Recordó que hace unos 15 años, se podía atravesar la ciudad de Tapachula de norte a sur, o de poniente a oriente sin que se sufriera un asalto o cualquier otro delito. Sin embargo, que ahora no se puede transitar libremente, porque se expone el ciudadano a que lo asalten o mínimo a que se sufra acoso por parte de los malos migrantes.
Por eso insistió en que, si esos extranjeros tienen como objetivo llegar al norte del país, “entonces para qué los retienen durante mucho tiempo en Tapachula, ya que su presencia en esta ciudad provoca fracturas en la economía regional con bloqueos de calles o carreteras; además de la venta informal que desarrollan y que desquician el comercio”.
Ante este panorama, hizo un exhorto a los tres niveles de gobierno para que trabajen en conjunto en el tema migratorio y darle a Tapachula lo que realmente era, una ciudad tranquila y que hoy está sofocada por los migrantes.
Añadió que, como consecuencia, ahora las mujeres, que necesitan comer, vestir, y alimentar a sus hijos, no les quedan más que dedicarse a la prostitución, empeorando el asunto con el tema de las enfermedades contagiosas.
Señaló también que otro problema es que la gran mayoría de esos grupos de personas no acata las normas sanitarias recomendadas por la Secretaría de Salud, con motivo de la pandemia y que hoy el municipio enfrenta una escalada de Covid-19, en detrimento de la población en general.
Concluyó diciendo que, mientras no se deporten o se les deje transitar hacia su destino en Norteamérica, l aplicación de la ley en Tapachula será solo una simulación.
EL ORBE / Nelson Bautista