MIAMI 27 DE ENERO DE 2016, nhr.com–El 1 de febrero, con la celebración de los caucus de Iowa, empieza el largo proceso de las elecciones primarias presidenciales en los Estados Unidos.
La votación es una primera prueba de fuego para los candidatos a la Casa Blanca, con capacidad para determinar quién queda fuera de la contienda o predecir una futura nominación.
Su carácter premonitorio se ha cumplido en diferentes ocasiones del lado demócrata. Fue el caso, por ejemplo, de Barack Obama en 2008 o John Kerry en 2004.
No ocurre lo mismo del lado republicano. En 2012, por ejemplo, ganó en Iowa Rick Santorum y en 2008 lo hizo Mike Huckabee, siendo Mitt Romney y John McCain, respectivamente, los elegidos al final por su partido para librar la batalla presidencial.
De nuevo este 1 de febrero demócratas y republicanos de Iowa se reunirán por separado en los llamados caucus (asambleas de miembros de un mismo partido político) y dirán quién quieren que sea su próximo presidente.
La votación suele ir acompañada de una gran expectación mediática.
En cada reunión, se ofrece la posibilidad de que un simpatizante explique por qué su candidato es el mejor.
A diferencia de las elecciones primarias, administradas por gobiernos locales y estatales, los caucus son gestionados de manera independiente por cada uno de los grandes partidos, que establecen sus propias reglas.
Así, en el partido republicano el voto es secreto mientras que en el partido demócrata la preferencia se muestra públicamente, agrupándose los votantes en puntos concretos designados para cada candidato.
En todo el estado, habrá este lunes un total de 1,681 precintos electorales.
A menos de una semana de la votación, Hillary Clinton, por el partido demócrata, y Donald Trump, por el republicano, mantienen su liderazgo en las encuestas a nivel nacional.
No sería la primera vez, sin embargo, que Iowa da una sorpresa.
¿Quién crees tú que ganará?