• El PROGRESO no Prosperó, y la PROSPERIDAD no Progresará
MIAMI 2 DE MARZO DE 2015, nhr.com—Antes fue La Alianza para el Progreso, creada por el presidente John F Kennedy, ahora se le llamara La Alianza para la Prosperidad, algo parecido, donde Estados Unidos tendrá que meter la mano en el bolcillo para ayudar en un problema que no ha sido creado por este país y donde casi seguro los fondos donados iran a parar a las cuentas de Suiza de los gobernantes de turno.
Hoy el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, viaja a Guatemala para revisar con los mandatarios de ese país, El Salvador y Honduras, el plan Alianza para la Prosperidad, que busca reforzar las instituciones, mejorar la seguridad y frenar la migración irregular y para el que esperan fondos estadounidenses.
El plan se acordó en noviembre, tras la llegada masiva a Estados Unidos el año pasado de miles de menores indocumentados, la mayoría procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador, países que forman el llamado Triángulo Norte de Centroamérica y que registran los índices más altos de violencia del continente.
Las autoridades centroamericanas calculan que el costo del plan regional ascenderá a 5.000 millones de dólares, de los que esperan que Estados Unidos aporte 1.000 millones de dólares, un monto que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha solicitado al Congreso para el presupuesto del año fiscal 2016.
“El propósito es hablar con ellos de que pasos concretos vamos a dar, no solo en Estados Unidos, sino también los líderes de estos países, para implementar las reformas necesarias” que les permitan contar con el apoyo de la comunidad internacional, indicó un alto funcionario estadounidense que pidió no ser identificado.
La iniciativa, que cuenta con el respaldo del Gobierno de Estados Unidos y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tiene cuatro líneas estratégicas: dinamizar el sector productivo, desarrollar el capital humano, mejorar la seguridad ciudadana y el acceso a la justicia y fortalecer las instituciones.
Pero esta película ya la vimos cuando la Alianza para el Progreso, su origen está en la propuesta oficial del presidente John F. Kennedy, en su discurso del 13 de marzo de 1961 ante una recepción en la Casa Blanca para los embajadores latinoamericanos. Aquel discurso fue transmitido por la Voz de América en inglés y traducido al español.
La Alianza para el Progreso duraría 10 años. Se proyectó una inversión de 20.000 millones de dólares. Sus fuentes serían de los EE.UU. por medio de sus agencias de ayuda, las agencias financieras multilaterales (BID y otros) y el sector privado canalizados a través de la Fundación Panamericana de Desarrollo.
Es el mismo libreto, su finalidad es ayudar a esos pueblos, pero si no hay supervisión, los únicos que saldrán beneficiados serán los gobernantes de turno.