MIAMI 14 DE JULIO DE 2015, nhr.com—Ayer el Presidente Barack Obama conmutó las penas de cárcel a 46 delincuentes que traficaron con drogas y que el califico “no violentos”, casi todos de acuerdo con el propio presidente, casi habían cumplido su tiempo.
“Yo le conmuto la sentencia a estos 46 traficantes de drogas, porque han demostrado que tienen un potencial para cambiar su vida”, dijo Obama en una carta a cada uno de los 46 hombres y mujeres, “ahora depende de ustedes para aprovechar al máximo esta oportunidad, no será fácil, y se enfrentaran a muchos que dudan de la gente con antecedentes penales puedan cambiar, quizás ustedes mismos no estén seguros de cómo se podrán ajustar a esta nueva circunstancia”, escribió el presidente Obama, quien finalizo diciéndole, “pero recuerden que ustedes tienen la capacidad para tomar las buenas decisiones”.
Cuando vimos el primer cable saliendo desde la Casa Blanca, creíamos que entre esos indultados íbamos a ver el nombre de Eduardo Arocena, un luchador por la causa de una Cuba Libre que cumple prisión de por vida acusado de terrorismo.
Hace poco el mismo presidente Obama indultó a los 4 espías cubanos que también estaban acusados de espiar para un gobierno extranjero (Cuba) y de terrorismo, y trajo de regreso a Estados Unidos a Alan Gross que estuvo preso injustamente en las cárceles cubanas.
Creemos que en estos meses finales de su presidencia, el presidente Barack Obama debe tomar en cuenta a un preso del exilio, Eduardo Arocena debe ser liberado.
El caso de Eduardo Arocena más bien de indulto es por humanidad tras conocerse el deterioro de su salud. Su esposa Miriam Arocena, quien lo visita en la cárcel de Indiana, dijo que afronta las consecuencias de una apoplejía.
Arocena fue detenido en el año 1983 y llevado a juicio, hallado culpable un año después y condenado a cadena perpetua
Según una fuente del departamento de justicia, la pena impuesta a Eduardo Arocena es de 35 años teniendo en cuenta que ambas cadenas perpetuas las cumple concurrentes, ya tiene cumplido el 75% de de su condena, es hora que nuestros políticos locales levanten en Washington sus voces para que Eduardo Arocena regrese a su hogar junto a su esposa Miriam y sus hijos que no los ha podido ver crecer, Ya es hora para Eduardo Arocena.